Tras la reciente aprobación de la Reforma al Poder Judicial de la Federación en la Cámara de Diputados, las posturas en el Congreso Legislativo de Aguascalientes han quedado divididas entre quienes apoyan la reforma y aquellos que se oponen firmemente.

El diputado Cuauhtémoc Escobedo, primer secretario de la mesa directiva, sostuvo que la reforma representa una oportunidad para mejorar la democracia en México. A pesar de los posibles errores debido a su novedad, Escobedo argumentó que esta reforma plantea un cambio necesario en la impartición de justicia. «Este es un nuevo paradigma, un modelo que a todos nos mueve y genera incertidumbre. Yo también me inclino hacia un pensamiento progresista e innovador, y aunque es un cambio que genera incertidumbre, me parece que el país lo necesitaba», afirmó el legislador.

Por otro lado, la diputada Yolitzín Alelí y el presidente de la mesa directiva de la Diputación Permanente, Max Ramírez, se mostraron en desacuerdo con la reforma. La diputada expresó su preocupación por la propuesta de que jueces, magistrados y ministros sean electos por voto popular, argumentando que, aunque parezca una medida de empoderamiento ciudadano, representa riesgos graves para la estabilidad del sistema judicial.

Max Ramírez también criticó la reforma, calificándola como un «retroceso» para el estado de derecho. «No podemos generalizar diciendo que todo el Poder Judicial es corrupto, y hay trampas dentro de esta reforma que la convierten en una amenaza. Es una medida que genera retroceso y violenta el estado de derecho», expresó el legislador.