El 10 de febrero se celebra el Día Mundial de las Legumbres, un reconocimiento a estos alimentos pertenecientes a las leguminosas, caracterizados por su vaina que encierra una o varias semillas secas. Ejemplos de legumbres incluyen frijoles, habas, garbanzos, lentejas, alubias, ejotes, cacahuates, soya y guisantes.
Esta conmemoración surgió tras el éxito del Año Internacional de las Legumbres en 2016, una iniciativa impulsada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Posteriormente, en 2018, al reconocerse la importancia y el potencial de las legumbres para contribuir a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, se estableció el 10 de febrero como el Día Mundial de las Legumbres, con el objetivo de visibilizar sus beneficios en una dieta balanceada.
¿Cuáles son los beneficios de las legumbres?
Las legumbres aportan numerosos beneficios a la salud, entre los que destacan:
- Alto contenido en fibra, lo que favorece una buena digestión, reduce el colesterol malo y ayuda a controlar los niveles de glucosa en sangre.
- Ricas en proteínas y nutrientes esenciales, fundamentales para el crecimiento y desarrollo.
- Fuente importante de hierro, favoreciendo la síntesis de glóbulos rojos.
- Versatilidad en la alimentación, pueden combinarse con cereales como el arroz, vegetales y carbohidratos, mejorando la calidad proteica y equilibrando la dieta.
- Ayudan a reducir la hipertensión y disminuyen el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
- Previenen la anemia en mujeres y niños.
- Aportan energía constante, además de generar sensación de saciedad por más tiempo.
Uno de los objetivos de esta conmemoración es eliminar los estigmas que rodean a las legumbres. A menudo son subestimadas porque algunas personas las consideran un alimento económico, que requiere más tiempo de preparación, o porque pueden generar flatulencias debido a los carbohidratos que contienen. Además, al estar crudas, poseen antinutrientes como el ácido tánico o fenoles.
Sin embargo, existen formas de reducir estos efectos y mejorar su digestión. Un método eficaz es remojarlas de 4 a 8 horas en agua con bicarbonato de sodio, lo que disminuye la presencia de antinutrientes, acorta el tiempo de cocción, activa sus enzimas y permite una mejor absorción de sus nutrientes en el organismo.