El pasado fin de semana, rescatista de Aguascalientes localizó un equino que fue atropellado en la carretera de conexión a Jaltomate; la misma, solicitó ayuda pública para concretar la labor de auxilio al caballo herido, tras hacer el reporte oficial y público, se retiró del lugar para cargar combustible a su auto y al regresar, el equino ya no se encontraba.
Comenzó así a indagar con autoridades encargadas de Protección Animal en Aguascalientes, el lugar de resguardo del caballo herido; la primera versión «oficial» fue que la Guardia Nacional había acudido al sitio para retirarlo, la segunda, que fue la Policía Estatal la que estuvo a cargo de esa labor.
La rescatista, que por cierto, estuvo dispuesta a correr con los gastos de atención médica y cuidado del caballo y así lo hizo público, solicitó en múltiples ocasiones que se le diera a conocer el sitio donde supuestamente el equino había sido trasladado para su cuidado y atención.
La única respuesta recibida fue que «la Policía puso en resguardo de vecinos al animal herido», sin embargo, oficialmente se le ha negado el acceso a la información concreta para revisar el estado de salud del animal y el sitio donde supuestamente se encuentra.
Hasta el momento, no ha sido identificado ningún poblador de la zona encargado de la protección y atención del animal y los requerimientos de la rescatista para dar con el lugar del supuesto resguardo, han sido ignorados, por lo que afirma que no descarta que el caballo pudo haber sido sacrificado.
Maltrato animal, de acuerdo a la Legislación Vigente en el Estado de Aguascalientes es todo hecho, acto u omisiónconsciente o inconsciente que pueda ocasionar dolor, sufrimiento, poner en peligro la vida del animal o que afecten su salud y bienestar.
Para la denunciante, la «desaparición» de un animal de tales dimensiones, no sólo evidencia la nula empatía en el cuidado de los seres sintientes sino también, la inminente falta de aplicación de un protocolo de protección al bienestar animal en Aguascalientes.
Los últimos mensajes de la rescatista hacia distintas autoridades de «protección» animal, han sido simplemente ignorados, sobre todo aquellos que han tenido que ver con la solicitud de contacto e identificación con los «vecinos» supuestamente protectores del equino.