Luego de que el pasado 26 de julio fuera reventado un campamento utilizado por el crimen organizado en Rincón de Romos, madres buscadoras de al menos seis entidades comenzaron a arribar a Aguascalientes con la esperanza de que entre los 18 detenidosse encuentren sus hijos, desaparecidos en distintas fechas y en distintos puntos de la República Mexicana.
En la mayoría de los casos, se trata de madres buscadoras cuya historia comenzó con ofertas de trabajo hacia sus hijos y la inmediata incomunicación de los mismos cuando fueron en busca de los supuestos empleos, detalla el Colectivo Buscando Personas, Verdad y Justicia, así como el Observatorio de Violencia Social y de Género, instancias que han acompañado a las familias desde que la desactivación del campamento provocó la inquietud de madres buscadoras para encontrar a sus hijos entre los detenidos.
Hasta el momento han sido familias originarias de San Luis Potosí, Jalisco, Zacatecas, Nayarit y Torreón, así como una más de Venezuela, las que han tenido contacto con los activistas y buscadores de Aguascalientes por este tema.
Los detenidos aún se encuentran dentro del Sistema Penitenciario de Aguascalientes, sin embargo, existe la posibilidad de que en próximos días comience el traslado de detenidos a otros penales del país como Chiapas y Michoacán.
Con el nombre no basta para identificarlos
El calvario de las familias buscadoras no termina con la publicación de listas de nombres de detenidos, pues en muchas ocasiones, por temor a los tentáculos del crimen organizado cambian de identidad para protección personal y familiar, detallan activistas.
Por ello, las familias de los desaparecidos en este país insisten en que para la identificación de los suyos, ya sea en casos como el de Aguascalientes con la desactivación de campamentos del narcotráfico o con la ubicación de fosas clandestinas, es necesario que autoridades den a conocer rasgos físicos, características personales, prendas y fotos.